En la madrugada del 29 de junio, una protesta espontánea sacudió el municipio habanero de Guanabacoa. Gritos de “¡Libertad!”, el lanzamiento de botellas y un incendio marcaron una noche tensa que terminó con represión policial y varios arrestos, según reportes ciudadanos y de activistas.
Entre los detenidos se encuentra Sunamis Quintero García, una joven madre cubana de 27 años que, según testigos, fue golpeada por agentes de la policía mientras estaba sentada frente a su casa, sin haber participado activamente en los disturbios.
“Mi hija estaba sentada en la puerta. Fue a recoger a los niños porque estaban incendiando hasta una casa, pero ella no tenía nada que ver con eso”, relató Moraima García, madre de la detenida, en entrevista con Martí Noticias desde Florida.
“Los guardias dijeron que todo el que estaba allí tenía que ver con la protesta. Tres policías le fueron arriba, la golpearon, y ella comenzó a gritar ‘¡Viva Cuba libre!’”.
Sunamis, madre de una niña de cinco años y un niño de apenas uno, había sido trasladada inicialmente a la estación policial de Guanabacoa, luego a Regla, y posteriormente a Alamar. Actualmente, se encuentra incomunicada en un centro de la Seguridad del Estado, denunció su madre.
“Solo la dejaron hacer una llamada cuando estaba en Alamar. Me dijo que por favor cuidara a sus hijos, que los tiene mi hija mayor. Los niños están llorando, quieren ver a su mamá”, expresó Moraima entre lágrimas.
La madre de Sunamis asegura que su hija nunca había estado involucrada en acciones políticas, pero que atravesaba una situación límite.
“Estaba pasando trabajo. Los apagones, la falta de alimentos... me decía que no tenía ni qué darles de comer a los niños. Ella explotó. Estaba deprimida. Me decía: ‘mamá, me siento mal’. Yo la ayudaba con lo que podía desde aquí, pero también tengo mis gastos. Solo se desahogó, como madre, como ser humano”.
Según testimonios, los niños presenciaron la golpiza. “No se midieron. Le cayeron tres hombres arriba delante de los niños. No les importó nada. Eso no es humano”, dijo otro familiar que prefirió no ser identificado.
A pesar de los pedidos de su familia, las autoridades no han permitido visitas ni la entrega de aseo personal. “Ni siquiera le dejaron ver a sus hijos”, agregó Moraima.
“Cada vez que hay una protesta, recogen a cualquiera. ¿Y los niños qué? ¿Quedan a la deriva?”, se pregunta con impotencia esta madre cubana desde el exilio, quien exige la liberación inmediata de su hija.
De acuerdo con el Observatorio Cubano de Conflictos, en junio se registraron 745 protestas, denuncias y acciones cívicas en la isla, en medio del agravamiento de la crisis social, económica y de derechos humanos.
Foro